Resumen:
El establecimiento de los derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas (OSIGD) ha tenido como antecedente una incesable lucha por alcanzar su reconocimiento. El activismo constituye una de las herramientas más poderosas que ha permitido alcanzar esos objetivos. De esta manera, se ha logrado una evolución del pensamiento humano hacia otro tipo de cosmovisiones y prácticas culturales diversas. En esto también ha contribuido la opinión internacional, quien a través de declaraciones ha exhortado a los diferentes Estados que son miembros de las organizaciones gubernamentales a integrar dentro de sus políticas la defensa de personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas (OSIGD). Así, los Estados reconocen una problemática de envergadura global, y siguen esos lineamientos para evitar eventuales vulneraciones de derechos humanos. En Colombia, esas políticas internacionales se han acogido como leyes de la República, cuya observancia no puede desconocer ningún órgano de poder público. Las normas son marcos de actuación para que esas disposiciones acogidas por el Estado, se puedan implementar en los distintos entes territoriales y cobijen a todas las personas que se encuentren en este estado de vulnerabilidad.