Resumen:
La motricidad gruesa es parte fundamental del crecimiento humano, en los niños de 4 a 6 años, el desarrollo de la motricidad gruesa es un proceso fundamental, ya que es por medio de esta que se fortalecen los grandes grupos musculares, los cuales se encargan de realizar actividades como caminar, corree, saltar etc. (Acuña Camones, 2005). En este contexto, los artefactos lúdicos se consideran como herramientas fundamentales que van a facilitar este desarrollo, al crear entornos que estimulan movimientos y exploraciones físicas. Según Bernal Villalobos (2020), los dispositivos considerados como artefactos lúdicos no solo ofrecen la oportunidad de aprendizaje, sino que también promueven en un conjunto la creatividad, el trabajo en equipo y la resolución de problemas. El diseño de un artefacto lúdico debe responder a las necesidades motoras y emocionales de los niños, donde se integren de tal forma que despierten el interés y fomenten la participación activa de los infantes. Valencia y Sánchez (2017) señalan que para determinar que un artefacto esté bien diseñado, este debe potenciar habilidades como equilibrio, fuerza y coordinación, conjuntamente con una contribución a su autoestima y confianza, haciéndolo a través del reconocimiento por superar desafíos. Este enfoque asegura que los niños no solo se diviertan, sino que aprendan y desarrollen capacidades fundamentales que les permitan ser mejores en su vida cotidiana.