Resumen:
La construcción refleja de manera significativa la huella del ser humano sobre el entorno, intensificando los flujos materiales y el consumo energético que generan impactos negativos en el ambiente. A lo largo de su ciclo de vida, las edificaciones demandan grandes cantidades de recursos naturales, incrementan el consumo de energía, producen emisiones contaminantes y contribuyen al deterioro de los ecosistemas. Con el paso de los años, ha prevalecido un modelo constructivo industrializado y seriado, en el que los intereses económicos suelen imponerse sobre los criterios ambientales, lo que ha incrementado los impactos negativos sobre el entorno. Este estudio identifica el proceso del sistema constructivo a porticado en hormigón armado y mampostería cerámica en viviendas de interés social, con el propósito de evaluar su impacto mediante la metodología ISO 14040 y el eco indicador 99. El análisis se basa en un inventario de ciclo de vida y una muestra aleatoria de viviendas representativas del barrio Juan Pablo II. Los resultados permiten identificar los puntos críticos de mayor consumo energético en el sistema constructivo y plantear lineamientos dirigidos a optimizar el uso de energía en futuras construcciones. Con ello se busca promover prácticas constructivas más sostenibles y responsables con el entorno, contribuyendo a la mitigación del impacto ambiental negativo.