Resumen:
El café es uno de los productos agrícolas más demandados a nivel mundial. De acuerdo con la Organización Internacional del Café, en 2019 se consumieron aproximadamente 168 millones de sacos de 60 kilogramos en todo el mundo, lo que evidencia su enorme relevancia económica [1]. No obstante, la producción de café aún depende en gran medida de métodos tradicionales, que suelen ser ineficientes y basados en prácticas empíricas. En este contexto, la incorporación de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) se presenta como una estrategia clave para optimizar la producción y promover la sostenibilidad del cultivo El IOT puede proporcionar datos precisos y en tiempo real sobre diversas variables que afectan el cultivo del café, tales como la humedad del suelo, la temperatura y la exposición solar Estos datos facilitan la toma de decisiones fundamentadas por parte de los caficultores, lo que puede marcar una diferencia significativa en la calidad y cantidad de la cosecha. Por ejemplo, ajustar el sistema de riego en función de los niveles de humedad detectados contribuye a un uso más eficiente del agua, evitando su desperdicio y asegurando un suministro óptimo para la planta