Resumen:
¿Dónde nacen las palabras? ¿Dónde las palabras que hablan los pueblos nativos de América? Nacen acaso del canto de los pájaros, del eco que arrastra el viento desde las copas de los árboles, o del golpe de la chorrera contra la piedra en los escondrijos de los Andes, del trepidar de las estrellas que adornan la Cruz del Sur; o de los brincos de las olas en el acantilado. O será acaso del tan tan del corazón, de la sonrisa del niño cuando abraza a su madre, de la respiración de los siglos que anima al ser humano. Y ¿desde cuándo se escriben? sobre la piel, sobre las piedras, en los tejidos, en la memoria. Del castellano sabemos que se escribe a partir del siglo XI, cuando los monjes del Monasterio de San Millán de la Cogolla (Provincia de La Rioja, España) traducen del latín, a la lengua que usaban los parroquianos, las oraciones del misal y demás textos litúrgicos. A partir del siglo VIII, cuando llegaron las tropas islámicas a la península
ibérica e instituyeron allí el califato de Córdoba, las palabras árabes se incorporan al idioma español.